- Área: 911 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Andrés García Lachner
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Proveedores: High Lights, Techlam
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa PMX se ubica en la zona norte del cantón de Palmares, en la provincia de Alajuela, Costa Rica. El sitio se encuentra en un punto alto alejado del centro urbano, adjunto a la vía interamericana Bernardo Soto y al pie del cerro San Isidro.
Desde la primera visita al sitio vemos que el mismo es una gran superficie plana y es evidente no nos indica ningún orden preestablecido para el emplazamiento del proyecto. Partiendo de las necesidades programáticas del cliente, la residencia y el área deportiva, se inicia con la creación de una articulación entre ambos espacios, un flujo que comienza a distorsionar el orden del locus, pero que a la vez establece conexiones. Para esto se genera una fisura en el terreno que rompe con la monotonía y crea verticalidad en el plano, modificando la geometría del mismo y que nos comienza a sugerir el emplazamiento y la morfología de ambos espacios programáticos.
La composición de su planta se aferra del concepto del efecto Venturi, disminuyendo la sección que articula ambos volúmenes programáticos para aumentar la circulación de ventilación natural, en especial en el área social adjunta a la piscina y el gimnasio.
La primera planta se divide en dos volúmenes articulados por un estilizado eje de circulación, que intenta controlar el movimiento de la geometría de dos espacios que pareciera quisieran escapar de su emplazamiento. Éste movimiento genera un gran espacio central, el cual trabaja en conjunto con la geometría lineal de los volúmenes para crear un primer nivel que goza de ventilación natural cruzada. El mismo eje nos establece una división programática, separando los espacios privados de los de carácter social dentro de la arquitectura. Como resultado aparece una comunicación programática directa entre los volúmenes.
El segundo nivel se eleva únicamente sobre el volumen posterior, albergando el área de dormitorios de la residencia. Éste espacio toma ventaja de su posición al elevarse por sobre el volumen adjunto para aprovechar la vista hacia todo el pueblo, permitiendo a los usuarios contemplar los cerros y atardeceres al fondo. La fachada curva del mismo resguarda los recintos del viento proveniente del norte, que se escapa entre las montañas y alimenta el valle de Palmares.
Detalles que juegan con la luz artificial celebran la geometría, exhibiendo la misma como una joya. Las transparencias, los ritmos, los troqueles, el difuminado, el entrever, elementos manipulados por distintos materiales, crean una especie de linterna arquitectónica en el espacio.
La arquitectura también manipula la luz natural dentro del espacio. Elementos que generan ritmos, movimientos y juegos de luz a lo largo del día, y materiales traslúcidos que controlan la intensidad de la misma, aparecen para crear distintas atmósferas y acentuar la geometría y calidez de los espacios.
El agua que articula los volúmenes juega con la luz y el aire para regular las atmósferas de los espacios adyacentes, llenando de reflejos el vacío y dándole vida.
Lo social dentro del proyecto cobra un papel protagonista, por lo que se eliminan sus cerramientos y se abre hacia el espacio central. Se integran el ‘lounge’, la piscina, el comedor y la sala principal para generar un solo espacio sumamente flexible, que se adapta a las necesidades programáticas requeridas.